Oración ante una perdida inesperada
Amado Padre, nos ponemos delante de tu presencia en un momento de nuestra vida donde un inmenso vacío imposible de llenar y un dolor enorme nos invade; Señor te pedimos fuerzas y consuelo, concédenos en todo momento poder entender y conocer tu propósito y tu voluntad en medio de este momento.
Tu palabra dice: «El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; libra a los de espíritu abatido. Eres nuestro amparo y nuestra fuerza, nuestra pronta ayuda en tiempos de tribulación».
Necesitamos tu consuelo, tu fortaleza y tu protección. En medio de tanto dolor, solamente Tu Palabra nos puede hacer bien. Danos de tu gracia y tu presencia para soportar esta prueba.
Señor te suplicamos que cures las heridas de nuestra alma. Trae consuelo y fortaleza desde lo más profundo a nuestros familiares y amigos. Señor, hoy te pedimos por todos los que estamos sufriendo, que estamos rotos, incompletos. Padre, te pido que nos brindes consuelo en medio de este gran dolor que ha estremecido nuestras vidas. Estoy seguro de que nos levantarás porque Tú has prometido estar en medio de nosotros todos los días. Tú has prometido llevar nuestras cargas, porque tu yugo es fácil y ligera tu carga. Toma nuestras manos con tus manos, abrázanos Dios bendito y enjuaga nuestras lágrimas, que todo tu amor se derrame en nosotros.
Dios y Padre mío. No permitas que la oscuridad de nuestro dolor nos atormente. No dejes que nos sobrecoja la tristeza porque en ti hay esperanza. ¡Haz que sintamos Presencia!
Padre, llénanos de sabiduría para que podamos tomar decisiones y manejar cualquier situación que se nos presente a medida que pasa este triste momento. Protege nuestras mentes y corazón de los malos pensamientos. Oramos para que encontremos fortaleza y no nos dejemos llevar por nuestras emociones. Que la paz que Tú das, esa que sobrepasa todo entendimiento, se desborde sobre nosotros sus seres queridos y familia.
Gracias amado Padre por la vida que nos distes con _____________, por habernos permitido estar a su lado durante este tiempo, haber disfrutado y gozarnos con su presencia en nuestras vidas; sabemos que ahora se encuentra a tu lado y que por tus promesas, un día habrá de volver mediante la resurrección, y nos volveremos a encontrar para nunca más estar privados de su amor y de su compañía gozando a la vez de la gracia y el amor celestial.
En Cristo Jesús, Amén
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