Dios puede usar los tiempos oscuros para bien!
Una de las cosas más seguras en nuestro caminar es que el sufrimiento llegará a nuestra vida. Sea por una enfermedad, pecados propios o de personas que amamos, divorcios, muerte, traiciones, malos entendidos, etc, los momentos difíciles están siempre a la puerta.
Ninguno de nosotros está exento de sufrimiento, soledad, desánimo o crítica injusta. ¿Por qué?
Porque esas son cosas que Jesús experimentó, y necesitamos experimentarlas también para que Dios desarrolle el carácter de Cristo en nosotros.
¿Significa esto que Dios causa tragedias? No. Dios es bueno y no causará mal ni hará el mal. Pero Dios puede usar tiempos oscuros y estresantes como estos para siempre. Él puede usar nuestros problemas actuales para enseñarnos a confiar en Él, para mostrarnos cómo ayudar a los demás y para acercarnos a otros creyentes.
Entonces, ¿qué debes hacer cuando atraviesas tiempos difíciles?
Primero, rehúsate a desanimarte. Entonces, recuerda que Dios está contigo. Finalmente, confía en la protección y guía de Dios.
La luz de Dios brilla incluso en las sombras más oscuras…!
Vivir con esperanza en medio de tiempos difíciles solo se logra cuando podemos pensar bíblicamente acerca de la situación que estemos viviendo. Además, debemos entender que lo que estamos pasando nos ayudará en un futuro a poder consolar a aquellos que están pasando por situaciones similares. Muchas veces perdemos de vista que Dios nos está preparando para ser de consolación a aquellos que están a nuestro alrededor (2 Co. 1:3-7).
Cuando entendemos estas verdades, nuestro enfoque cambia en medio de la aflicción y el sufrimiento. Cobra otro sentido porque sabemos que Dios puede usarlo para glorificarse en nuestras vidas y las de los demás.
Para Reflexionar:
¿Cómo ves que Dios usa la pandemia y el enfoque en la injusticia social para bien?
¿Cuándo has visto a Dios sacar lo bueno de una situación mala porque confiaste en Él?
¿Qué bien te gustaría ver salir de estos tiempos difíciles? Dile a Dios lo que tienes en mente.
Por Rick Warren
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