El Secreto de la Prosperidad de Dios
Sabías que Dios quiere prosperarnos económica, física y espiritualmente. El Dios que llena nuestro espíritu también quiere bendecirnos en lo físico y en lo material.
¿Cómo lo hará?
Por medio de nuestra obediencia a su Palabra; por la eficiencia y calidad del trabajo que realicemos y las ganas que le pongamos a lo que hacemos, y por nuestra fidelidad a sus demandas.
Nada sucede al azar. La prosperidad es un resultado, no un fin; nuestra finalidad es Cristo y la: «Supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza» (Efesios 1:19).
Para andar en prosperidad, hay que ser prósperos. Es un cambio en nuestro interior. Es una actitud fruto de la comunión con el Espíritu Santo y de ella se desprende un estilo de vida que nos lleva a la prosperidad. He aquí 6 principios básicos:
1. Ser prósperos: La Prosperidad es algo más que dinero.
2. Ser Perseverantes: Esto tiene que ver hasta con la salvación del Alma.
3. Actitud frente al cambio: No podemos esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.
4. Administrarse: según la realidad y no según los sueños.
5. PLANTEAR LOS SUEÑOS EN METAS ALCANZABLES.
6. Nunca renunciar a los sueños: Volver a intentarlo.
“Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano”. Génesis 39:2-3
Donde esta un hombre próspero, todo lo que esta a su alrededor prospera.
Para ser prosperado debes retener la bendición
No solamente hemos llegado para ser prosperados, él nos ha llamado a mantenernos prosperados. Siempre me ha llamado la atención la parábola del hijo prodigo como fue prosperado al recibir la herencia de su padre, pero rápidamente la dilapidó, tal vez su padre esperaba que su hijo estuviera a su lado, o por lo menos cerca, tal vez comprara un terreno en la vecindad y estar viendo a su hijo a menudo, pero este hijo hizo todo lo contrario se fue lejos a una provincia apartada, y estando lejos desperdigó los bienes, pues se dedicó a vivir perdidamente, y allí comenzó a faltarle todo.
El Señor Jesús Dijo “Separados de mi nada podéis hacer”
Para mantenernos prosperados es necesario:
– Ser fieles
– Ser un buen mayordomo
– Administre bien sus ingresos
– No des lugar a la emoción en las inversiones
– Nunca salgas fiador de nadie
– Sea generoso con sus ofrendas
Eres bendecido para bendecir
No es posible hablar de prosperidad sin mencionar el mandamiento de ofrendar. Soy bendecido para bendecir. Soy prosperado para dar. Ofrendar con generosidad según hayas prosperado y no por obligación es lo que desata la abundancia que el Señor te dará para que puedas bendecir a otros.
“Dad y se les dará: medida buena, apretada, remecida y rebosante darán en tu regazo; porque con la misma medida con que mides, te volverán a medir”. (Lucas 6:38)
2da. de Corintios 9:10 dice: «Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia».
La prosperidad es integral
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2).
La riqueza del hombre debe de ser integral, recuerde nosotros somos seres creados por Dios, y siendo tricotómicos (espíritu, mente y cuerpo). Las tres partes de nuestro ser deben de estar llenas y en perfecta armonía con Dios . Si por ejemplo nuestro espíritu no esta en perfecta comunión con Dios, va a haber un faltante en nuestro interior. Recuérdalo muy bien el hombre natural nunca será saciado.
Pero lo más importante es poder entender que al tener comunión con Dios, vamos a estar saciados, no tendremos necesidades porque Dios esta allí para suplir todo. No es algo hermoso ¿verdad? ¡Observemos bien la palabra!
La palabra debe de permanecer en nosotros y ser confesada
“Si permanecéis en mi, y mis palabras Permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. (Juan 15:7)
No debes buscar la prosperidad, sino al que da la prosperidad.
Salmos 37:4 «Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón». 37:5 «Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará».
Dios conoce tus necesidades
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? …Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?… No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mat. 6:25-33
Eso quiere decir que debemos procurar «hacer lo que es justo ante Dios», y esto constituye la base de la prosperidad según Dios. La prosperidad según Dios no incluye únicamente las bendiciones materiales; también incluye la sanidad, la sabiduría, el éxito, el bienestar, la protección y el favor de Dios y todas las cosas buenas que usted pueda necesitar: todas las cosas buenas por las que Jesús pagó para que fueran suyas. Él tomó nuestro lugar y cargó con la maldición del pecado para que viviéramos en la bendición de Dios.
La prosperidad divina NO se trata de dinero únicamente, se trata de abrir las ventanas de los cielos sobre todas las áreas de tu vida, diariamente y sin detenerse jamas.
Dad gracias en todo
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tes. 5:18
Fil 4:12 «Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad».
Entonces vemos que la verdadera prosperidad de Dios viene de:
1. Conservar una actitud de prosperidad fruto de la comunión con el Espíritu Santo.
2. Ser fieles y obedientes a Dios y permanecer en su Palabra.
3. Ofrendar con generosidad según hayas prosperado, eres bendecido para bendecir.
4. Debemos desarrollar el principio del contentamiento, dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros.
Si caminamos fieles, de la mano de Dios, es apenas natural que recibamos bendiciones, ricas y abundantes. Son bendiciones materiales y espirituales, aquellas que hemos anhelado por mucho tiempo. Si deseamos movernos en esa dimensión, es necesario que caminemos conforme a los planes y propósitos que el Señor tiene para nosotros. Ser fieles a Dios es el secreto de las bendiciones.
Dios le bendiga!
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