Sabiduría ante todo
«Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará. Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará». Proverbios 4:5.
Cuantas veces en nuestras vidas nos vemos desilusionados de tantas personas o circunstancias, de las cuales esperábamos mucho; un amigo que nunca estuvo en esa situación, un padre o una madre que nunca estuvieron presentes, familiares que abusaron de nuestras vidas, una desilusión con nuestra pareja, un fracaso laboral; y vivimos nuestras vidas esperando que alguien haga algo por nosotros, que alguien nos recompense por esa tragedia, que sin el afán de menospreciar la circunstancia, sea cual sea o haya sido, nos marcó, y sigue señalándonos, impidiendo avanzar en nuestras vidas, y aumentando el desaliento, la depresión y el desinterés por la vida.
Si tu eres una de estas personas déjame decirte algo en este día, no puedes vivir esperando que los demás tengan compasión de ti, deja de tener compasión de ti mismo, no puedes vivir esperando que las demás personas cambien, no puedes vivir esperando que alguien haga algo por ti. GLORIA A DIOS SI ALGUIEN LO HACE, pero del único ser humano que tu puedes esperar algo.. es de ti mismo.
Tu eres el único que puede tomar decisiones por ti, de ti si puedes esperar una reacción, de ti si puedes esperar un cambio, tu eres el único que puede decidir levantarse de cualquier situación o circunstancia. Toma decisiones por tu propia vida y no esperes que los demás tomen decisiones por ti. porque lo único que traerá a tu vida es más dolor y frustración.
Así que toma la decisión de generar el primer cambio en ti y se ese primer cambio. Dale todo el espacio a Dios en tu vida, levántate en el Nombre de Jesús, sal del hueco de la depresión, de dolor, perdona, toma la decisión de entregarle tu vida a Jesús, sin importar el dolor o los hematomas producto de las caídas y golpes que te has llevado.
Busca a Dios, él es la verdadera sabiduría, y como lo leíste anteriormente «Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría.» Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas yo te ayudo. Isaías 41:8.
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