El genio
Suele pasar en las películas, que un sujeto va caminando por la arena y de pronto se encuentra con una lámpara dorada. La limpia y de pronto sale un genio que le concederá al amo tres deseos.. el primero por lo general, es todo el dinero del mundo, el segundo es un cuerpo espectacular para atraer a todas las chicas del mundo y el tercero una buena salud para disfrutar los dos anteriores…
¡Que fácil sería con un genio!, imagínate lo que podrías hacer, lo que podrías pedir. Pero lo mejor de todo es que sería “instantáneo”. Sin ningún esfuerzo, sin ningún trabajo. No habría que vivir ningún proceso de formación, no habrían días de enseñanza de cómo administrar bien las cosas, no habrían experiencias ni vivencias que maduran nuestro carácter… realmente que fácil sería la vida así…
Cuando conocemos a Dios creemos que Él trabaja así.. instantáneo. ¡Señor necesito esto ya!, “¡Señor quiero que me quites esto ya!, ¿No me escuchas?”… “Quiero conocerte mejor, quiero vivir una vida diferente pero que sea ya”.. “quiero ya, el dinero que realmente necesito”…
Aunque Dios NUNCA llega antes, ni llega después, siempre llega en el momento justo y preciso. Nuestro Padre Celestial tiene una forma muy particular de actuar, y por lo general no tiene que ver nada con nuestro reloj, ni calendario. Él no planea sus proyectos con nuestro tiempo, sino Él hace las cosas a su tiempo… para Él todo tiene su proceso…
¿Porqué?, porque Dios siempre tiene un propósito con cada cosa que hace. Él sabe bien que nos conviene y que no, y cuando nos apresuramos porque queremos las cosas ya… fallamos y tenemos que retroceder al lugar donde debimos haber esperado…
No te apures, espera y confía en Él…. Él sabe muy bien lo que hace.. “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora..” Eclesiastés 3:1.
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