Jesús: ¿Quién fue realmente?…
… Yo y el Padre, uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: muchas buenas obras os he mostrado de mi padre, ¿por cual de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios…. Sino hago las obras de mi padre, no me creáis. Más si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en el Padre. Juan 10: 30-34 y 37-38.
En su famoso libro titulado «Cristianismo y Nada Más» [Mere Christianity], el Profesor. C. S. Lewis dice lo siguiente: «El hombre que siendo solamente hombre, diga las cosas que Jesús dijo, no sería un gran maestro de moral; sería un lunático en el nivel de hombre enfermo de vanidad y orgullo, o el mismo diablo del infierno. Usted tiene que escoger; este era y es el hijo de Dios, o fue un loco o algo peor. Usted lo puede tomar por un demonio o puede caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero nunca venga apoyando la idea absurda de que El fue solamente un gran maestro de moral. Él no nos ha dejado esa opción. Ese no ha sido Su propósito».
El cristianismo, a diferencia de las religiones orientales, no es un sistema de creencias, un legado de tradiciones sobre las cuales puedo construir mi vida. No en lo absoluto. Más aún, el cristianismo no se puede definir como religión, si entendiéramos que ésta es un “conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad y de sentimientos, normas morales y prácticas rituales derivadas de tales creencias” como nos enseña el Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado. El cristianismo no es una religión, es una RELACION. El cristianismo no es un sistema de doctrinas y creencias, es una persona. La pregunta que un aspirante a ser cristiano debe hacer es: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Mateo 27:22.
El seguir una serie de doctrinas y enseñanzas no te va hacer cristiano. ¿Qué me hará un cristiano, entonces? El apóstol Pablo nos muestra “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para Justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.
Ahora, es tu oportunidad de aceptar a Jesús como tu Salvador… y mantener una relación especial y directa con Dios.
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