Un cambio que solo viene de Dios
«.. necesito cambiar, necesito ser diferente, y la verdad no quiero seguir viviendo de la manera en que vivo. Me siento lejos de Dios y escucho voces en mi mente que constantemente dicen lo débil que soy ante mi mismo(a). Suelo fallar con cosas muy pequeñas y me siento solo(a) y sin protección ante las constantes tentaciones que vienen a mi. No puedo de dejar de hacer lo que sé que no debo hacer y no logro hacer, lo que sé que debo hacer.. sencillamente necesito un milagro en mi vida…»
Los cambios radicales solo provienen de Dios. Uno mismo no puede originarlos y menos cuando en vez de sentir «arrepentimiento», uno siente «remordimiento».
Los cambios que uno necesita en nuestras vidas, solamente los produce el Señor a través del «arrepentimiento». Cuando nos «arrepentimos» de algo, dejamos de lado nuestro orgullo y nos enfrentamos cara a cara, con el único que no podemos engañar.
Cosa contraria sucede cuando solamente sentimos «remordimiento», porque con el «remordimiento» solamente nos hace sentir culpa y señalamiento, pero nunca nos condice a un cambio de vida. El «remordimiento» hace que caigamos en depresiones y siempre vendrá acompañado de autocompasión.
¿Quieres un cambio radical en tu vida?, pues la vía correcta es el «arrepentimiento». ¿Quieres ser otro(a)? Pues, solo de la mano de Dios, podrás vivir una vida muy diferente.. Tu escoges…
«De cierto, de cierto os digo: El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida».
Juan 5:24.
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